Corcho pelea la consulta como la ideóloga que profundizará el petrismo
Carolina Corcho adelanta una campaña persistente y elaborada. Empezó a hacerla hace más de un año y hoy nadie duda de que llegará hasta el final.
La psiquiatra antioqueña ha rechazado con firmeza varios movimientos que han buscado que se baje de su precandidatura. Se opuso a la idea de Gustavo Bolívar de buscar un mecanismo que le permitiera al ala más a la izquierda del Pacto competir con un solo nombre. Luego se enfrentó al Comité Político del partido cuando intentó, sin consultar al presidente Petro, hundir la consulta presidencial. Y en un claro desafío a las que llama “cúpulas” de la izquierda, fue hasta la Registraduría a inscribir su nombre como precandidata. También se negó a unirse a Iván Cepeda para armar un bloque único contra Daniel Quintero.
Con este estilo combativo, Corcho está recorriendo el país presentándose como una política formada y disciplinada que puede profundizar el petrismo. Lo hace con una elaborada plataforma programática que viene diseñando desde antes de entrar al gobierno Petro, de la mano de los movimientos sociales que ha liderado. Y con la promesa de tener la experiencia técnica y académica para desmontar el modelo “neoliberal” que señala como el centro de todos los males de Colombia, aunque su gestión en el Ministerio de Salud haya sido corta y su reforma bandera haya sufrido duras derrotas.
Muchas de las personas que respaldan a la exministra cuentan historias de cómo quedaron cautivadas por la articulación de sus ideas, y la potencia de su voz. “Me impresionó la claridad técnica de sus argumentos, el evidente dominio del tema y la firmeza de su personalidad”, dice la actriz y filósofa Margarita Rosa de Francisco sobre la primera vez que la escuchó, en mayo del 2021, en una entrevista en La W hablando de la gestión de la pandemia del gobierno Duque.
“Lo que nos tiene en este momento es la tutela que impulsamos ante el Tribunal Superior de Bogotá. Dijimos que íbamos hasta el final y que cualquier otro mecanismo que no fuera la consulta era someternos al bolígrafo”, dice Corcho sobre su resistencia a bajarse.
La exministra, de 42 años, es una mujer para quien la formación técnica e ideológica es el centro de su actividad política. Educada en el movimiento social de la Universidad de Antioquia, ha hecho de su carrera una suerte de cruzada pedagógica que apuntala las causas sociales que defiende.
Su actual campaña por la nominación del Pacto ha tenido esa impronta. En el primer semestre del año, Corcho y su equipo organizaron una escuela de formación política en la que participaron 1.500 líderes locales de todo el país, según sus propias cifras.
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