La muerte del trigo en Colombia revela la gran debilidad del agro nacional
El gobierno nacional llegó a un acuerdo con los promotores del paro arrocero para intentar sacar a los productores de la situación precaria que denuncian de un arroz que venden a pérdidas, y de precios que vienen cayendo en un 25 por ciento en el último año. El punto clave definido fue establecer temporalmente un precio mínimo para pagar el grano, y la evaluación de medidas de defensa comercial ante los movimientos globales del mercado del arroz.
La movilización y las demandas de los arroceros reflejan una situación que ocurre también en otros productos agrícolas del país que no han tenido apoyo estatal y su producción se ha debilitado ante la entrada agresiva de competidores con ventajas competitivas, como Estados Unidos.
Uno de los casos cuya historia no es tan conocida es el del trigo, un cultivo que fue muy importante en el país, pero hoy prácticamente ha desaparecido. El libro Pan Nuestro, Trigo ajeno (2025) del recientemente fallecido sociólogo javeriano, Pierre Raymond, reconstruye esta historia. La Silla Académica presenta algunos de los argumentos centrales del libro en esta entrevista imaginada con el autor, junto con los testimonios de Mónica Ramírez Guerrero, antropóloga de temas agrarios que conoció el trabajo de Pierre; y Remi Stellian, economista de la misma universidad.
LSA: ¿Cuál es la producción del trigo en Colombia hoy?
Pierre Raymond: El trigo es uno de los cereales más difundidos y consumidos en el mundo. En Colombia, si bien este cereal tuvo cierta importancia en la economía de algunas regiones del país, desde hace décadas es un cultivo marginal, que solo unas pocas familias campesinas persisten en cultivar, esencialmente para el consumo familiar.
En el 2022, la producción nacional de trigo representó el 0,3 por ciento de su consumo.
Sin embargo, el trigo tuvo un auge con la introducción del pan y demás productos derivados del trigo, que se volvieron corrientes en sus distintas formas y usos, a pesar de que inicialmente fue muy secundario en la alimentación nacional.
Fue a partir de mediados del siglo pasado que el pan se volvió un alimento fundamental de la dieta urbana, especialmente en los estratos poblacionales más pobres, debido a su bajo costo, inducido por el bajo precio del trigo introducido desde los Estados Unidos.
LSA: ¿Cómo se introdujo inicialmente el trigo a Colombia?
PR: Entre las plantas introducidas en América por los españoles en el siglo XVI, el trigo fue quizás la más importante, puesto que el pan era un elemento infaltable en su alimentación y esencial para la liturgia. Además de su significado en el plano simbólico-religioso, el trigo era considerado por los españoles el alimento por excelencia.
Cuando la planta llegó a América, hacía varios siglos que se había instaurado en España como el más nutritivo entre los cereales, y el pan de trigo era, junto con la vid y el olivo, su base alimenticia.
Así, las haciendas del altiplano destinaron grandes extensiones de tierra al trigo. En algunas zonas altas del territorio, el trigo se integró a la alimentación a tal punto que, en el nororiente de Boyacá, la tradicional arepa de maíz fue sustituida por la de trigo, que hasta hoy es fundamental en la alimentación campesina.
Entre tanto, el consumo de pan ya era corriente entre las familias acomodadas y también se había difundido como parte del abanico alimenticio de la población mestiza de las tierras altas.
Después de la independencia, durante el siglo XIX, el trigo se cultivaba en casi todas las regiones de tierra fría del país. Desde la colonia, los altiplanos cundiboyacense y nariñense se destacaron como las zonas productoras de trigo más importantes. En el caso de Bogotá, en 1828, el médico José Félix Merizalde observaba que no existían panaderías en el sentido profesional y comercial del término; en cambio, aludió al “oficio de panaderas”, mujeres que hacían el pan en sus casas para después distribuirlo a sus clientes o a los mercados.
El avance del cultivo siguió hasta bien entrado el siglo XX. En 1915, según el Anuario Estadístico, 57 mil hectáreas se dedicaban al cultivo del trigo, es decir, el 10 por ciento de las tierras cultivadas. A mediados de los años cincuenta, el trigo era todavía el primer producto en términos de extensión cultivada en las tierras altas,........
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