¿Por qué la justicia rápida indigna?, por Marisa Glave
La señora Korina Rivadeneira denunció un acto de violencia sexual ocurrido durante su participación en un espectáculo circense para adultos y la justicia actuó con celeridad, como nunca en el país. Dos días después del hecho, la Municipalidad Distrital de Surco aplicó una sanción administrativa sobre los promotores del show donde se produjo la agresión, cancelándolo. Al día siguiente de la denuncia, la Policía Nacional del Perú detuvo al agresor. Y el día jueves, en menos de una semana, se dictaba sentencia en primera instancia condenándolo a 2 años y 6 meses, además de 10 mil soles de reparación civil.
Lo que debiera ser una noticia alentadora, para mostrar a las mujeres que sufren agresión que sí es posible conseguir justicia en un país donde los índices de violencia contra la mujer son tan altos, resulta por el contrario un ejemplo de lo que puede pasarle a una víctima, convertida en objeto de escarnio público en redes sociales, recibiendo mensajes tan violentos que horas después de la sentencia cierra sus cuentas públicas, como han señalado varios medios de comunicación.
Este caso debiera servirnos para reflexionar seriamente sobre la manera en que la sociedad actúa frente a la violencia contra la mujer, legitimándola y buscando atemorizar a posibles denunciantes. Al legitimar actos de violencia lo que se produce es una normalización, los volvemos habituales y por tanto bajamos nuestras........
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