La economía de la guerra, por José de Echave
La relación entre la guerra y la economía siempre ha sido compleja. Con aspectos visibles y otros ocultos que no siempre se toman en cuenta a la hora de los balances finales. Varias investigaciones han abordado el tema. En algunos casos, subrayan los impactos negativos y en otros los positivos que pueden tener los escenarios bélicos en las economías de los países involucrados y a nivel global.
El economista español, Juan Torres López (1), en un artículo publicado por L’Independant, señala que las guerras, aunque pueda sorprender, tienen efectos económicos que pueden ser considerados como positivos: el aumento del gasto agregado; los mayores presupuestos en armamentos e infraestructura; las innovaciones que implementan las empresas que suministran bienes y servicios para los ejércitos que, como ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial, luego son aplicadas a los mercados de consumo; la tecnología; la generación de empleo en algunos sectores, etc.
La otra cara de la moneda es que las guerras implican un enorme costo, que tiene que ser financiado mediante el incremento de impuestos (los existentes y los que se crean), recortes importantes del gasto, sobre todo el social. Las guerras también significan inflación por la interrupción de suministros claves y otros factores. Además, como menciona Torres López, las guerras no solo tienen costos directos y explícitos (monetarios, materiales, humanos), sino también costos de oportunidad que reflejan lo que se podría haber hecho si los recursos dedicados a la guerra se hubieran destinado a otras actividades.
Todo este análisis se puede traer al escenario que se vive en la actualidad. Repasemos algunas cifras y decisiones que vienen tomando los países.
Un primer dato es ver cómo ha venido evolucionando el gasto militar en el mundo. Según el........
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