La ausencia de debates
El ejercicio de debatir no se improvisa, se aprende. Razón por la que vemos debates electorales carentes de interés por mucho empeño que pongan los debatientes. No vale con tener claros los argumentarios y saber ponerlos en la palestra, es necesario aprender a jugar las cartas y conocer las claves de una partida de mus para captar el interés de los espectadores. En el primer debate y único de esta contienda electoral el juego resultó tan plano como una sucesión de monólogos. Circunstancia por la cual el encuentro a cinco representantes del día cinco apenas si alcanzó una audiencia de 150.000 telespectadores de media, lo que dejó a más de dos millones de electores desinteresados por el encuentro organizado por la RTVG. Una propuesta diseñada para mayor gloria del candidato del PP. Sin embargo está demostrado que en la repercusión mediática, en el posterior juego........
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