Qué poco nos miramos ya a los ojos. Y cuántas cosas cuentan las miradas. Por eso a lo mejor preferimos desviar la vista hacia el suelo, una pantalla o cualquier punto indeterminado del horizonte. Porque hay historias que no queremos saber. Porque hay verdades que no queremos que sepan.

Los ojos mienten mucho peor que las palabras. Revelan lo que la voz quiere esconder. Nos ponen ante un espejo que no siempre refleja lo que deseamos creer. Es muy difícil tapar la tristeza o el dolor, aunque digamos que estamos bien. Resulta casi imposible disfrazar el miedo, por mucho que repitamos que no tememos a nada. Por eso es tan importante que no dejemos de mirar a........

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