Duelo de titanes
Después de la fragmentación del BNG en un reino de taifas donde cada cual quiso sacar sin pudor su propio escaño, léase Anova, Compromiso por Galicia, las candidaturas independientes o los rescoldos del BNG, contra viento y La Marea, parecía prometedora la aparición en escena de Ana Pontón, a la que hay que reconocer, tuvo la fortuna de fluir en la misma corriente o supo aglutinar nuevamente la diversidad -y a veces la miasma- de partidos que constituía el Bloque, hasta darle un buen sorpaso a PSdG, seguramente porque todas esas siglas aclimatadas a las autonomías, acaban hincándose de hinojos a lo que mande Madrid.
Incluso cabía pensar que la vieja guardia de la UPG se había desvanecido o, cuando menos, aflojado la presión sobre el pistón nacionalista. Pero lo cierto es que después de aquel mágico inicio, Ana Pontón sigue en el mismo paleolítico donde Beiras dejó aparcado el partido: el retorno a una Galicia rural, cavernaria, silvestre, sencilla, inocente y decimonónica, donde los........
© La Región
visit website