El fin de Europa
No es habitual ver a líderes políticos llamar a las cosas por su nombre. Lo normal es que nos traten con un paternalismo indecente, como si los ciudadanos fuéramos una suerte de inmaduros adolescentes necesitados de una continua supervisión por parte de “ellos”. Obviamente, todo lo hacen por nuestro bien, porque son ellos los que saben lo que nos conviene. Qué vamos a saber nosotros.
De vez en cuando, cual mirlo blanco, aparece alguno de esos políticos que ya vienen de vuelta. De esos que ya han hecho todo en la vida y no tienen que desplegar una impostada preocupación por la ciudadanía. Hace unos días, la Comisión Europea publicaba un extenso informe titulado “el futuro de la competitividad europea” firmado por un histórico de la política continental, Mario Draghi. El otrora presidente del Banco Central Europeo y Primer Ministro de Italia ha lanzado un torpedo a la línea de flotación del insufrible buenismo que venimos sufriendo, al menos, las dos últimas décadas.
Europa ha perdido el tren de la innovación y lo estamos pagando en calidad de vida.
Con casi ochenta años de edad y sin favores que deber, plasma en negro sobre blanco la realidad de una Europa cuya decadencia crece a pasos agigantados mientras........
© La Región
visit website