El regalo de Milei
El domingo, el presidente de la República Argentina vino a España en visita privada para hablar en un acto de la ultraderecha europea organizado por Vox, en el que participaron personajes tan deleznables como Viktor Orbán y Marine Le Pen. Ya de por sí, esa acción se salió del marco normal de un jefe de Estado. Además, se desvió en varias ocasiones de su discurso sobre la economía, que comparto en general, para dar rienda suelta a su síndrome de Tourette político. El problema de Milei no es, en general, lo que dice sino cómo lo dice y dónde lo dice. Su intervención sobre la economía argentina y sobre la importancia del capitalismo de libre mercado fue impecable, como sucedió unos meses antes en el foro de Davos. Todos los libertarios y los liberales clásicos apoyamos su programa económico, sus propuestas de dolarización, desregulación, libertad empresarial y comercial y bajada de impuestos. Hasta ahí, bien. Pero cuando se sale de eso, es para echarse a temblar. El problema es cómo y dónde traslada su mensaje. El cómo es sencillamente vomitivo: una buena tesis económica se ve jalonada de injurias deplorables a sus oponentes e incluso a cualquier neutral, de insultos sucios y barriobajeros y de malas palabras impropias de la dignidad de su cargo (¿nadie le ha........
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