La victoria de Donald Trump ha desatado especulaciones sobre un posible cambio en la guerra en Ucrania. Sin embargo, el impacto real de su presidencia sobre el conflicto y sobre las relaciones bilaterales entre Moscú y Washington depende de factores que trascienden la retórica política. De por medio hay costes económicos y energéticos de la guerra para Rusia y también riesgos de una estrategia errónea, en un contexto global volátil.

Desde el inicio de la invasión a Ucrania, Rusia ha enfrentado una presión económica sin precedentes. Las sanciones occidentales han afectado a sectores clave como las finanzas, la tecnología y la energía. Aunque Moscú ha logrado cierta resiliencia gracias a las exportaciones de hidrocarburos a países como China e India, el coste de la guerra se hace cada vez más insostenible. Según estimaciones del Instituto Elcano, el gasto militar ruso ha aumentado considerablemente, mientras el déficit presupuestario sigue ampliándose.

La presidencia de Trump podría representar una ventana de oportunidad para negociar el alivio de sanciones, pero este camino no está exento de riesgos.........

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