Un año y cinco días
Parece una condena, pero es el tiempo que ha transcurrido desde las elecciones generales del 23 de julio de 2023. Un año y cinco días que muchos consideran un periodo de recortes continuados en términos de democracia, igualdad, justicia y libertad de prensa. Habrá quien piense que este año y cinco días de prolongación del sanchismo ha sido un ciclo celestial de miel sobre hojuelas.
Pero repasando la realidad española, esta semana celebramos el cumpleaños de unas elecciones convocadas con nocturnidad y alevosía veraniega para beneficiarse políticamente de una baja participación y del escondite estival de una campaña repleta de ocultaciones secretistas. Para empezar, en el programa electoral del sanchismo no figuraba la amnistía de dudosa constitucionalidad con la que comprar los votos separatistas para seguir en la Moncloa, incluidos los 7 del prófugo Puigdemont, que en pleno aniversario electoral le puso contra las cuerdas frenando el sueño presupuestario y la reforma migratoria. Pero el ocultismo deliberado sanchista implicaba gobernar a toda costa pese a perder las elecciones, algo que nunca había ocurrido en la democracia española.
Solo un personaje oscuro como Pedro Sánchez es capaz de convertir una derrota clamorosa en victoria cediendo al chantaje impensable de sus socios radicales. Una sociedad de intereses políticos comunes que incluye a comunistas bolivarianos que hacen apología de las dictaduras venezolana y cubana (incluido Zapatero), herederos políticos de ETA que no condenan el sanguinario terrorismo contra la democracia española y los golpistas secesionistas primero indultados y ahora amnistiados promoviendo la desigualdad entre territorios y españoles a golpe de talonario.
Todo ello sin contar las cesiones fiscales y de competencias a Euskadi y Cataluña que incluyen la........
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