Plan de acción sanchista
La obligación del periodismo libre en democracia es ejercer de contrapunto del poder político desde la verdad, el rigor, la independencia y la pluralidad. Y lo que vale para una democracia occidental como la española vale para autocracias totalitarias como la de Venezuela, que mayoritariamente es calificada de “dictadura”, salvo por parte del Gobierno, que evita reconocer la victoria electoral de la oposición, tal y como han hecho los parlamentos español y europeo. Mientras el ganador legítimo de las elecciones venezolanas, Edmundo González, sigue denunciando desde España el pucherazo y la tiranía bolivariana, Sánchez y Maduro se entregan al teatrillo chalanero escenificando cortinas de humo con las que tapar las realidades internas de sus respectivos países. Asusta pensar que cualquier parecido entre Venezuela y España en términos de libertades y democracia no es pura coincidencia. Las asombrosas concordancias delatan cada vez más la identidad y tentación autoritaria del poder político en ambos países. Y la última prueba la encontramos en el Plan gubernamental contra prensa y jueces y en el exilio forzoso de González Urrutia negociado por Caracas y Madrid bajo chantaje en suelo de la embajada española.
El verdadero objetivo es neutralizar a jueces atrevidos y periodistas críticos
De esta manera, se aplacó la protesta generalizada contra Maduro escondiendo vergüenzas y se agitó el cóctel del fango con la detención de dos españoles acusados de forma delirante de terroristas asesinos y de ser del CNI. El sanchismo ha correspondido con hermetismo y sospechosa contención diplomática ante la realidad venezolana, anclada en la violación de los derechos humanos, el terror y el incremento de presos políticos. No así el PP de Feijóo ni la UE ni la comunidad internacional, que dan amparo a una Venezuela libre del sátrapa y de........
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