El ala oeste de la Moncloa
El documental de Sánchez pretendió emular a la renombrada y exitosa serie norteamericana ‘El ala oeste de la Casa Blanca’, y terminó siendo un reality a lo Gran Hermano en forma de hagiografía. Pedro y Begoña aparecen desde el primer capítulo como santos de la democracia, como mártires del sacrificio público en un relato trucado de todo para el pueblo pero sin el pueblo. Por ahí dicen que la grabación empezó con aspiraciones estelares de ‘El Ala oeste...’, y terminó siendo una versión costumbrista de ‘Los Soprano’, según se desprende de las investigaciones judiciales en marcha por presunta corrupción y por la forma maniobrera de gobernar comprando voluntades e investidura pese a perder las elecciones.
Pedro paseando al perro. Pedro aplaudido y jaleado sin rubor pero sin gritos en la calle. Pedro de gobernante galáctico en un documental de buen rollito que rebosa cursilería y falsedad ante una gobernanza con más sombras que luces y más mentiras que verdades
Se confirma que de los protagonistas de los casos investigados por la Justicia, en la docuserie ‘Moncloa, cuatro estaciones’ sólo aparece Begoña. Ni rastro de Ábalos, Koldo, Aldama, Barrabés, Delcy, los Hidalgo o el hermano músico del prota. Y tampoco de Errejón y otros sospechosos de falso feminismo. El documental tiene aspiraciones de estadista y en verdad parece un ‘Aló Presidente’ al más puro estilo bolivariano, una pretenciosa oda al genuino refranero del tipo ‘como Pedro por su casa’, que es La Moncloa sin pago de alquiler.
Los que tienen más memoria y se defienden del guerracivilismo oficialista piensan que ‘Moncloa, cuatro estaciones’ es un NO-DO modernista con ticts autoritarios y propagandistas de estilo franquista, con brotes empalagosos de comedia romántica que por momentos usa guion naif de serie infantil. Desde el comienzo del docu se adivina que presidiendo la mesa del desayuno, la comida, la merienda y la cena se sienta Pedro........
© La Región
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