Un encargo sorprendente
Jueves, 12 de septiembre
Un preso de Pereiro que ha salido unos días de permiso, me trae un mensaje de ‘D’. Tal vez el hermano lector recuerde que escribí sobre él hace unos meses. Su historia era verdaderamente singular. Desde que lo conocí, siempre le daba algunas monedas. Otro amigo, Alberto, me decía que había que socorrerle porque era nuestra ONG.
Mucho tiempo en la calle. Las últimas veces me decía: “Ando tan tirado, flaco y acosado por algunos cabrones, que estoy deseando entrar en Pereiro. He dado algunos palos por ahí pero el juez siempre me deja en libertad”. Después, me enteré que por fin había conseguido su objetivo. Me da recado por su colega de que vaya a visitarlo y le lleve un chándal azul, a poder ser con varios bolsillos y, si tal, un cartón de Marlboro.
No podíamos fallarle. Así que Alberto y yo allá nos fuimos a Pereiro con un buen chándal, un par de cartones y unos tenis. Qué barbaridad, cuando aparece en la visita detrás del cristal,........
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