JUEVES, 27 DE JUNIO

Mi amigo partió ayer ilusionado para Badajoz. Te cuento de él. Me rogó que no diese su nombre. Me dijo: “Es la tercera vez que me avisan de que probablemente hallaron los restos de mi abuelo. Ojalá esta vez haya suerte”. Conozco bien su historia, su abuelo es uno más de los muertos que yacen olvidados en las cunetas y otros lugares sombríos de la Guerra Civil española. Mi amigo le prometió a su abuela que encontraría el lugar donde está enterrado.

Tiene mucha información. Buscando aquí y allá, sus investigaciones le llevaron a Badajoz. Una fuente fidedigna lo situó en 1936 en aquella carnicería que lamentablemente se va olvidando. Cuando hablamos, me asombran sus investigaciones, lo sabe todo. A veces me mira triste: “Es desesperante, pero a estas nuevas generaciones que parecen ver la vida como dibujos animados, no les interesa. Y mira tú, fue hace nada. Es una de las páginas más sangrientas de la historia de este país”.

Siempre me dice “escribe sobre eso”, y hoy lo hago. Estamos en agosto de 1936. Badajoz, defendida por las tropas republicanas, resiste las primeras embestidas. Pero el 15 de agosto, el general Yagüe con sus legionarios y........

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