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Adela y Paco
Nadie la avisó de que los días tienen su propia manera caprichosa de suceder.
Pobre Adela, acostumbrada al tedioso ritmo de lo establecido.
Nadie la avisó de Paco.
A Paco lo llevaron al centro de mayores a los 89 años, demasiado joven según sus propias palabras.
-Aínda tiña eu moita verbena que bailar.- solía decir
Pero pronto se acostumbró a las comodidades de la atención que su pensión de cifra injusta le proporcionaba.
Toda una vida de trabajo que no podía demostrar.
Adela había estudiado Historia del Arte, carrera que combinó con varios trabajos y un puñado de novios fugaces.
A todos los llamaba Josito. Por aquello de no equivocarse.
Al........
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