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Confesiones del Viejo Milenario
Los recuerdos de la infancia permanecen ocultos en el campo de cebollas, que celosamente el Anciano protege del gusano del olvido. Bajo tupidas capas se oculta su tesoro más valioso: “El arte de pensar en libertad”. Pero hoy es un día especial, lo que le permite sacar algunas capas de cebollas sin que por ello el huerto quede desprotegido a merced de los ladrones de pensamientos.
La afición a la lectura la inicia cuando la razón tropieza con la duda y su madre, acostumbrada a tomar decisiones, conquista el baluarte de su intimidad poniendo al servicio de todos sus hijos una bien surtida biblioteca. Allí, el Viejo Milenario conoció a Emilio Salgari con su héroe Sandokán;........
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