La “edad de oro” de la prensa auriense
La imprenta fue imprescindible para difundir las ideas de progreso. E indudablemente, tuvo, en la prensa, el complemento más eficaz. En Europa, en España y, también, en Ourense, en el último cuarto de la centuria del XIX, el perfeccionamiento del arte tipográfico, el interés por mostrar la realidad política y social o la necesidad de ciertos personajes de llegar a sus correligionarios contribuyó a que el periodismo decimonónico viviese una auténtica “edad de oro”. Incluso en villas se encuentran ya operativas, entre otras, en 1880, la imprenta de José Rivera, en Ribadavia, y la de Francisco Carrande, en Verín. Y en las mismas localidades, a ellas se venían a sumar en 1900, respectivamente, a la primera, la de la viuda de Rodríguez, y, a la segunda, la de Cancio Diéguez.
El marco legal que había establecido la Constitución de 1876 y, un lustro más tarde, la ley de prensa, había permitido la aparición de un largo listado de iniciativas tanto en el ámbito provincial como en la capital.
Aparecen cabeceras, preferentemente, en localidades en las que la tradición de la imprenta ya era un hecho consumado. En Verín, por ejemplo, se publica El Eco en 1889, El Clamor en 1892, la Provincia en 1894 o la Opinión en 1899; y, en Ribadavia, El Avia en 1887, El Obrero en 1894, El Avia Ilustrado en 1896, El Ribadaviense -afecto al liberal Merelles- en 1901 o, ya más tarde, El noticiero del Avia -vinculado al........
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