El Estado debió asumir el control de la catástrofe
Muchos políticos españoles la han usado a lo largo de la historia (Sagasta, Primo de Rivera y otros) la frase “sálvense los principios y piérdanse las colonias”. Es inevitable recordarlo cuando, sobre todo desde el Gobierno de progreso y el partido principal que lo forma, en defensa de su presidente, se justifica en el sentido de no haber decretado la emergencia nacional, sino que se respetó escrupulosamente la disposición que regula las competencias de las comunidades autónomas y el formulario ordinario de actuación en Valencia. Y a eso hay que añadir que el frente de la comunidad se hallaba un incompetente si capacidad de asumir lo que se le vino encima que, en todo caso, es una desgracia de alcanza nacional. De ahí que entendamos que el Gobierno tenía que intervenir ante la propia dimensión de la dana, los recursos totales que dirige y la evolución de la desgracia y sus efectos.
El preámbulo de la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil señala: “La vulnerabilidad de las personas en nuestra sociedad ante las múltiples y complejas amenazas de catástrofes naturales, industriales o........
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