Aquellos entrañables viajes en el tren de antaño
Como hijo y nieto (por parte de madre) de ferroviarios, desde niño he tenido gran cariño y afición al tren, medio de transporte en el que antes y ahora me ha gustado viajar, recolectar fotos e historias y todo tipo de episodios y recuerdos, como los viejos carteles de los vagones, dando instrucciones de comportamiento a los viajeros. Ya me he referido aquí a algunas historias de los depósitos de Renfe en Ourense, donde quedaron apiladas y perdidas docenas de aquellas valiosas lámparas de bronce que hoy serían valiosas piezas de coleccionistas. Recupero aquí alguno de esos recuerdos.
Cuando las máquinas de vapor venían a Vigo, en ocasiones sus sistemas de calderas y conducciones de cobre eran llevadas a una conocida empresa de astilleros. Pero en esas ocasiones, los propios maquinistas acompañaban a la unidad, porque cada conductor tenía asignada una máquina, y sobre todo para vigilar que no se le sustituyeran las tuberías de cobre por otras de hierro, que conservaban peor el calor y reducían la potencia del sistema. En aquellos años, los trenes tenían nombres históricos, como el “Jaimito”, “El Corto” y sobre todo el mítico “Shanghai”. Este tren nocturno que enlazaba Galicia con Cataluña. Tardaba 36 horas........
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