Por Valencia, pero sin frenar a todo un país
Cuando juntas a un presidente regional incompetente y a un presidente nacional obsesionado con el poder en una zona tradicionalmente peligrosa para vivir, pueden suceder catástrofes como la sufrida en Valencia y alrededores durante la semana pasada.
Ante la vergonzosa, indigna, respuesta de las instituciones, fue el pueblo español quien prestó ayuda a las víctimas. También el deporte español, por medio de muchos clubes y atletas. Algunos se personaron allí para sacar el barro a mano. Otros llevaron alimentos. Muchos recopilaron y enviaron dinero.
Loables acciones que nos enorgullecen de ser españoles. Y a la vez nos enfurecen. Porque la ayuda se convierte en caos si no hay un mando que evalúe, organice y distribuya tal ingente cantidad. ¿Para esto malvivimos pagando tantos impuestos? ¿En manos de qué calaña estamos?
A tal grado de abandono llegaron las poblaciones anegadas -mientras los políticos se culpaban unos a otros y el ejército esperaba ansioso la orden para intervenir- que parecía desconsiderado cualquier cosa que no fuese pensar en Valencia. De hecho se criticó con........
© La Región
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