El ya tan manido “menos mal que nos queda Portugal” viene a colación de unos cuantos viajes costeros y de interior donde siempre he ido de sorpresa en sorpresa en un viaje al alcance de todos donde la hospitalidad y el trato siempre se agradecen en este cuasi que deshumanizado mundo, podría pensarse. Este Portugal lo tienes a mano; yo aconsejaría un viaje por el interior luso que si lees a Saramago o a Torga, aumentará tus incentivos; ese Portugal entre o Minho e o Douro y un poco más al sur.

Luego de recorrer cada playa del litoral atlántico de Portugal, incluidas las de un Algarve en parte a pie, sin dejar de admirar sus muchas fermosuras, alternaba con el interior luso y no dejo ocasión en la que no me adentre por ese montañoso paisaje con las sierras de Montesinhos, Marâo, Boticas, Estrela donde para alcanzar los 2.000 metros nuestros vecinos alzaron una torre y así redondearon el techo. Por la Serra da Estrela cuando aquellos rallyes de Portugal rodaban por su extremo, Antonio Tabares y yo quedábamos estupefactos cuando asomaban la cola del auto al abismo en cualquiera de las curvas de aquellas tortuosas pistas de tierra.

Podríamos irnos para comenzar el periplo a Chaves, amena ciudad a orillas del Támega, como Verín que no alcanza la categoría de tal, porque........

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