Cuando por el monte exhuberante la vida
Disfrutar con amigos para los que el goce permanente cuando en el medio natural se encuentran y en cada paso se admiran de lo que les rodea, es algo añadido cuando uno por el monte camina, y más en este año de tantas lluvias como hubo que favorecieron el florecimiento y el crecimiento y la frondosidad de los árboles, y también la proliferación de yerbas que inundan y casi ahogan los senderos y aun las amplias pistas, que si no son transitadas, indistinguibles. Fue así como en medio del monte nos hallamos no más de cuatro.
Hacer base en Barjacoba, que otras tenemos, por ejemplo, la Barxacova, del Mao, que se asienta en la desembocadura de este rio en el Sil, pero aquí Barjacoba por hallarse en territorio zamorano aunque limítrofe a nuestra provincia, es como adentrarte en las Trevincas, porque allí nace en el valle la sierra Segundera que juntamente con la Calva, Mina, Eixe y Cabrera forman el llamado nudo de las Trevincas.
Atraídos por uno de los curros loberos por allá, foxos do lobo por acá, llegamos una mañana de solaina agradecida por mas luminosa que calórica para adentrarnos entre carballeiras de bajo porte por la altitud y mayor densidad hasta el lugar de Barjacoba que en el fondo de un valle glaciar, aldea de mucha vida ganadera antaño, ogaño de más residencial para descendientes escapados del calor porque el ameno valle, a pesar de ser tapado del norte, nos pareció de frescor.
Hacia o curro do lobo encaminados por una térrea pista que por este tiempo invadida en tramos........
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