Delirios legales, efectos perversos
Lo sufrimos con la rimbombante ley del sólo “Sí es Sí”, que es como acabamos por conocer aquel bodrio delirante de Irene Montero y su troupe, votado, bendecido y aprobado por el PSOE y que acabó por suponer un maravilloso regalo para violadores y todo tipo de delincuentes sexuales. Empecinadamente la defendieron y la mantuvieron contra toda razón y, a pesar de los avisos y solo cuando las puestas en libertad, que las hubo, y el número de las rebajas de condenas superó los 1.200 casos y el clamor en contra era general, se avino Sánchez a eliminar el disparate mayor. Que pudo ser realidad por la posición y voto del PP, pues la parte podemita del Gobierno y sus diputados votaron por mantenerlo como estaba. Es más, le echaron la culpa a los jueces por aplicarla.
Hoy, aunque derogados esos capítulos que obligaban a semejante perversión sus efectos siguen pues sigue siendo aplicable a los delitos cometidos hasta el día que se suprimieron y el goteo continua. Pero resulta que ahora estamos con otra, el........
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