Ocram: fantasma que barre, desinfecta… y factura cual rey
Aún escapa al entendimiento humano y probablemente también al de la Secretaría Anticorrupción, que dirige Raquel Buenrostro, que el gobierno más transparente de la historia tenga por proveedor a una empresa que parece tener el don de la invisibilidad, la invulnerabilidad legal y la ubicuidad presupuestaria: Ocram Seyer Wilk. Sí, esa misma que dirige Estela Vega Montaño, cuya trayectoria empresarial se disparó (pura coincidencia, claro) durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, justo mientras “Capufe Leaks” ventilaba una red de corrupción que haría sonrojar a cualquier funcionario que aún conserve una pizca de vergüenza.
Pero no nos desviemos: hoy Vega Montaño comanda Ocram, aunque —detalle menor— no sepamos quién es el verdadero dueño.
Vaya, Ocram es como ese personaje misterioso de películas de espías: nadie sabe de dónde salió, pero todos le firman contratos. ¿El último golpe maestro? Un convenio con el ISSSTE por la módica cantidad de 1,024 millones de pesos al que ya le hemos referido para servicios de limpieza y desinfección. Lo interesante —por no decir algo indecoroso— es que la partida número 3 de este contrato, por 770 millones, está bajo la lupa y se encuentra en un “incidente” que pareciera que las autoridades quieren sepultar.
Resulta que otras empresas ofrecieron el mismo servicio a menor precio y con mejor calificación técnica. Pero eso al ISSSTE le pareció “anormalmente bajo”. ¡Qué sospechoso que alguien quiera ahorrarle........
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