La ley del más fuerte
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu / Europa Press/Contacto/Michael Brochstein
En la Universidad enseñamos muchas teorías, necesarias no sólo para entender los conceptos explicados, sino para posibilitar el pensamiento crítico y libre del alumnado, requisito indispensable de cualquier sociedad avanzada, libre y democrática. En los estudios de Derecho en particular, se estudian las teorías de Rousseau sobre el denominado «contrato social», o de Hobbes con su obra Leviatán. Autores de los siglos XVII y XVIII, aunque con diferencias, describían la necesidad de formación de un Estado o poder soberano para superar un previo «estado de naturaleza» donde la humanidad se rige por la ley del más fuerte.
Así, Hobbes considera que, previamente a la formación del Estado, existe una situación de imperio de la violencia entre los ciudadanos, los cuales, sin límites ni deberes, se conducen por sus propios deseos y apetitos, lo que lleva a una guerra de todos contra todos. En esa coyuntura, el más fuerte y poderoso impone su voluntad, sin existencia de normas morales o de justicia objetiva. Hobbes utiliza esta idea para argumentar la necesidad de un Estado que establezca leyes y normas para mantener el orden y la seguridad.
Por su parte, Rousseau, con su contrato social, aborda el mismo tema desde otra perspectiva. Sobre la metáfora de la existencia de un pacto o contrato entre la población, cada individuo cede parte de la libertad de imponer su criterio a cambio de la formación de una autoridad superior que garantiza protección, bienestar y seguridad. Esa autoridad superior sería el Estado, gobernado por una voluntad general que no es la mera suma de voluntades individuales, sino la voluntad colectiva orientada al bien común.
Como toda teoría, sobre el papel perece perfecta,........
© La Provincia
