Trino Márquez: Mar-a-Lago en Gaza
El encuentro entre Benjamín Netanyahu y Donald Trump en la Casa Blanca dio lugar a unas de las declaraciones más insólitas que haya emitido algún mandatario en tiempos modernos. Dijo el señor Trump, en presencia de un feliz Netanyahu, que Estados Unidos podría “tomar el control de la franja de Gaza y reubicar permanentemente a su población palestina en otros lugares”. “Seremos dueños de ella”, apuntó sin matices. Al hablar del tema fingió estar conmovido por el terrible drama humano que viven los gazatíes: Gaza es un lugar “de muerte y destrucción”; las personas que residen allí han “vivido una existencia miserable”. Alguna excusa tenía que dar para parecer realmente conmocionado. También señaló la posibilidad de desarrollar la región y convertirla en “la Riviera de Medio Oriente”. Es decir, movilizar palas mecánicas y grúas para remover los escombros y construir en esas playas del Mediterráneo, hermosos y placenteros centros de recreación donde la gente vaya a tomar sol y broncearse al aire libre, por el día; y durante la noche, gaste el tiempo y el dinero en lujosos casinos y discotecas. Todo un paraíso.
No es la primera vez que Trump amenaza con esa posibilidad, solo que esta vez lo hizo delante del primer ministro israelí, causante de la destrucción en gran escala de Gaza, con lo cual la declaración adquirió un tono más irritante. Ya no se trató de un chiste de........
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