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Venezolanizar la industria petrolera: Un camino hacia la libertad económica y el poder soberano, por David Morán Bohórquez

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24.03.2025

Venezuela lleva más de un siglo extrayendo petróleo, pero la historia de su industria es una de dominio extranjero y estatal, con escasa presencia de empresas petroleras venezolanas.

Desde que el Zumaque I brotó en 1914, las grandes transnacionales —Creole, Shell, Gulf— controlaron el juego aguas arriba (Exploración y producción). Antes de la nacionalización de 1976, las privadas venezolanas, como Mito Juan o Compañía Anónima Petrolera del Zulia (CAPEZU) o Las Mercedes, eran excepciones marginales, operando en campos pequeños frente a gigantes extranjeros que sacaban millones de barriles diarios.

Mito Juan, fundada en 1965 por Humberto Peñaloza, fue un destello de esperanza: con más de mil socios nacionales, mostró que los venezolanos podían participar directamente en su riqueza.

Pero la estatización de 1976, aunque nacida de un impulso soberanista, aplastó esas iniciativas. Todo pasó a PDVSA, y desde entonces el sector privado venezolano quedó reducido a contratista o espectador, mientras el Estado se convertía en amo y señor de un recurso que manejó con creciente ineficiencia hasta llegar a la ruinosa situación actual.

Hoy, con la producción en mínimos históricos —apenas 850 mil barriles diarios (Opep FS) frente a los 3 millones de los años 70— y PDVSA asfixiada por deudas y politización, venezolanizar la producción petrolera no es solo una idea romántica, es una necesidad. No se trata de repetir el estatismo que nos llevó a la ruina, sino de abrir espacio a empresas venezolanas que recuperen el control práctico de nuestro recurso más valioso.

Imaginen un modelo donde privados nacionales exploten campos marginales, se asocien en grandes proyectos o provean servicios upstream con tecnología propia. No es entregar el petróleo a transnacionales, sino priorizar al talento y al capital local, con reglas claras que no permitan la corrupción del pasado.

Los beneficios trascienden lo económico

Primero, reactivaríamos una industria moribunda: empresas venezolanas, con conocimiento del terreno y menos burocracia, podrían recuperar campos que PDVSA abandona por falta de recursos.

Segundo, generaríamos empleo real y bien remunerado, no nóminas infladas para clientelismo.

Tercero, diversificaríamos el ingreso petrolero: menos dependencia de un ente estatal que reparte migajas a su antojo y más flujo directo a comunidades y emprendedores locales.

Pero hay un beneficio mayor: poder soberano.

Un país que depende de un monopolio estatal o de socios extranjeros para extraer su petróleo no es plenamente soberano; está atado a decisiones externas o a la ineficiencia interna. Si empresas venezolanas toman las riendas, con innovación y competencia, reducimos esa dependencia. No solo producimos más barriles, sino que controlamos cómo, dónde y para quién. Eso es soberanía práctica: la que se ejerce con trabajo, no con discursos.

Un sector petrolero venezolano fuerte también nos daría más peso geopolítico. En vez de mendigar socios que nos impongan condiciones, negociaríamos desde una posición de fuerza, con una industria diversificada y resiliente.

Claro, que hay riesgos. Sin transparencia, esto podría derivar en oligarquías o una nueva élite extractiva. La clave está en licitaciones abiertas, supervisión independiente y un sistema tributario que fomente reinversión local, no fuga de capitales.

También necesitamos financiamiento accesible para que el empresario venezolano no sea aplastado por gigantes extranjeros.

Si lo logramos, venezolanizar el petróleo no será nostalgia, sino sentido común.

La ausencia histórica de empresas petroleras venezolanas nos dejó vulnerables; construirlas ahora es un acto de autonomía. La industria petrolera de Venezuela fue estatizada y desnacionalizada.

Démosle una oportunidad a nuestra gente antes de que el último barril se lo lleven otros.

Algunos ejemplos de capitales privados nacionales en la industria petrolera venezolana

Aguas arriba (upstream)

Petrolera Mito Juan

Fundada el 26 de noviembre de 1965, Petrolera Mito Juan C.A. fue la primera empresa petrolera venezolana por acciones desde la Petrolia. Su creación permitió que cualquier ciudadano pudiera invertir en la industria petrolera nacional, democratizando la participación en este sector.

Concesionaria desde el 21 de febrero de 1967; operó en los estados Monagas y Anzoátegui el campo Bella Vista adquirido el 12 de junio de 1968 de la Phillips, y las áreas Muri, Santa Bárbara y Travieso del campo Jusepín, y los campos........

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