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Orlando Viera-Blanco: “Oh Dios mío, no tengo palabras”      

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15.10.2025

Sólo resta decir, ruego a Dios que la política no nos distancie sino afiance nuestro gentilicio. Que germine tierra de gracia. No importa caminar, decía Jane Austen, «porque la distancia no es larga si existe un motivo»

Fueron las primeras palabras de María Corina Machado al recibir la llamada de Kristian Berg Harpviken, director del Instituto Nobel Noruego, notificando que había sido elegida ganadora del prestigioso galardón.

Muy emocionada María Corina dio mérito al pueblo venezolano. Una difícil y desigual lucha que ha venido librando Venezuela por su libertad, su paz y su regreso a casa. Es la consolidación de un liderazgo honesto y valiente. La estocada final de una dura batalla por recuperar nuestro derecho a ser felices.

Maria Corina se ha convertido en un factor inequívoco de esperanza y desenlace. Un premio Nobel de la Paz recibido por personalidades como Martin Luther King [1964], Nelson Mandela [1.993], Lech Walesa [1983], reconocimientos a quién no sólo pide libertad, sino quién la encarna. Un galardón a la perseverancia ética y la paz como instrumento de emancipación. Pero aún falta camino por andar. Dónde estamos?

EEUU, Donald Trump, liderazgo interno y gobernabilidad.

La intervención estadounidense como factor crucial en la transición política venezolana estaría—en la práctica—condicionada a la existencia de un liderazgo opositor que reúna tres requisitos: i.-Legitimidad política interna; ii.-Capacidad de articular y sostener pactos con sectores militares disidentes; y iii.-Capacidad para incorporar o neutralizar los “pliegues” insurgentes sin fragmentar la transición. Estas capacidades resultaron inconclusas en numerosos intentos de cambio político, sobre todo, por la imposibilidad de intentar o alcanzar pactos con militares disidentes.

María Corina Machado puede ser una figura clave si logra consolidar su liderazgo político en una estructura capaz de obtener obediencia y lealtades efectivas dentro de las FFAA. Una posibilidad es real pero incierta […] La Casa Blanca ha mostrado ambigüedad estratégica y táctica porque lo sospecha. Hasta qué punto apostar por una opción militarizada, conduce a un cambio de régimen sostenible. Una ambigüedad comprensible. La escalada de fuerza luce incontenible [ya ha sido anunciada] pero la estabilidad transicional, es un desafío difuso. El Premio Nobel en gran medida, llena estos vacíos de autoridad.

El salto a un cambio en Venezuela no se agota en una acción militar de EE.UU. Para lograr sostenibilidad, la sociedad venezolana y el liderazgo político interno, tendrán un rol determinante. Es ilusorio pensar que la salida de Maduro o de figuras duras del régimen, garantizan que ‘se acabe la rabia’. Hemos visto personajes realmente dañinos y pérfidos a la causa democrática, que ladran cual perros de caza hambrientos, criticando el Nobel a María Corina. Lo del grupete que se prestó al secuestro de AD, es ladino y bellaco […] Personajes taimados que parasitan con un estamento militar cooptado de corrupción y fumeta cubana, no se neutralizan con tanquetas sino con un manto de moralidad. El Premio Nobel anticipa ese baño ético que procurará pliegue al momento de quiebre. Pero la respuesta no es revancha. Es un complejo proceso de reintegración ciudadana y reconstrucción del tejido social.

Marco externo: cómo actúa (y condiciona) EE.UU

EEUU ha declarado la “opción........

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