Orlando Viera-Blanco: Deja salir tu luz…
…“Tuve el privilegio de decirle a @MariaCorinaYA: “tú eres luz. Déjala salir de tu corazón. Y le envié algunas notas de Williamson: No es nuestra oscuridad la que más nos asusta, sino nuestra luz. Y brotó su luz, inmensamente”
La crisis política, social y económica que enfrenta Venezuela necesita un cambio urgente y profundo. Para que este cambio sea genuino y duradero, el liderazgo debe trascender a la lucha política tradicional y la comunidad internacional debe renovar las categorías tuteladas de intervención, prevención y prevención.
La democracia se fundamenta en valores éticos por lo que luchar para recuperarla demanda una inmensa dosis de desprendimiento y nobleza. La emotividad que ha despertado María Corina Machado llegó a los sentimientos más profundos del pueblo. Pero necesita un apoyo adicional: una coalición exterior real, operativa, ejecutiva.
El liderazgo ético: Integridad y el reconocimiento del otro
El reconocimiento mutuo es clave. Venezuela producto de una era de movilización urbana meritoria pero no cuentadante, clientelar y desordenada, generó un rompimiento social sensible. Los movilizados que aprovecharon oportunidades y prosperidad, poco o nada contribuyeron con los no movilizados. Esa Venezuela de la gran Mariscal de Ayacucho, de ascenso social, de Juan Bimba a apóstol y magnate, disfrutó sus avances pero poco fue obligada o emplazada a colaborar con su propio barrio. No porque no lo quisieran sino porque no fuimos educados para ello. El diseño de un estado paternal, saudita y devorador, asumió el monopolio de la riqueza, el reparto y la ilusión de logro.
En Orgullo y Prejuicio, Elizabeth Bennet y Mr. Darcy representan dos caminos hacia el reconocimiento personal y la reconciliación social. Ambos personajes deben confrontar sus prejuicios y reconocer la dignidad y el valor del otro. Este aspecto resume en gran medida nuestra historia de omisiones y rechazos sociales donde nacieron los barros que trajeron los lodos.
Para construir relaciones basadas en el respeto y la equidad es necesario horizontalizar esas relaciones. Es crear un nuevo orden social con sentido de justicia y corresponsabilidad ciudadana. En las escuelas no sólo debemos aprender a escribir, sumar y restar., también se debe enseñar a sentir, amar y cuidar al otro, a compartir y sensibilizarnos por las carencias del prójimo, a no ser indiferentes ante la desigualdad. Nuestra visión es que “tu problema no es mi problema”, son barros que convierten tierra fértil en movediza y mísera.
El bipartidismo convirtió la renta petrolera en borrachera democrática. Y llegó la revolución bolivariana a embriagarnos de colectivismo utópico y redentor, bajo la tejida de la lucha de clases. Resultado: polarización, anomia, violencia y hambre. La ansiedad por controlar el poder, el presidencialismo iracundo y la fascinación por el beneficio derivado de la mordida con el estado. Un Estado formador de un hombre pobre-rico, que no suda sino chupa, bebe, coopera y muerde a la vez.
Un liderazgo ético en Venezuela debe partir del reconocimiento de la dignidad de todos los ciudadanos. Dignidad que es respeto por la realidad del otro, buena o mala. Dignidad por el trabajo, el estudio, el........
© La Patilla
