Nelson Chitty La Roche: ¡Sin libertad y sin dignidad!
“Cada uno es libre de vivir su vida como desee, siempre que respete ese mismo derecho en los demás”
Del credo liberal Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.” Artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos” ONU diciembre 1948
La libertad pareciera estar comprometida en este momento histórico a ocho décadas de la hermosa declaración de los derechos humanos, flamante corolario y como un sincero arrepentimiento, de la vergüenza universal que supuso la segunda guerra mundial y sus distintos episodios horridos y salvajes.
Mas aún, no solo está en jaque la libertad y en desafío constante sino, la mismísima dignidad, esa distinción que como congénere acompaña a todos los seres humanos sin excepción y que acarrea una obligación de consideración y respeto a la persona humana, tenida desde luego como libre e igual a cada uno y a los demás, nunca como un medio, siempre como un fin.
Paradójicamente, pueden advertirse tensiones entre la libertad y la dignidad en medio de los metaversos que parecen llenar la rutina del mundo que se deshumaniza y se individualiza. Cada uno de ellos, como ideas digo, pueden tropezar entre sí, por su compleja naturaleza, si bien lucen y se muestran, la libertad y la dignidad complementarias igualmente.
La relación del ser humano consigo mismo y para con los demás, involucra esas nociones de libertad y dignidad y no necesariamente simétricamente. Lo mismo acontece ante el Estado, cada día más ogro y menos filantrópico.
El derecho ensaya de elucidar entre las acechanzas de la proximidad y lo intenta a menudo, partiendo del iusnaturalismo; no obstante, desde el poder más pragmático que........
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