Nelson Chitty La Roche: ¿Poder o constitucionalismo? La tragedia del dilema
“No hay mayor tiranía que la que se perpetra al amparo de la ley y en nombre de justicia.” Montesquieu
No se equivocó Loewenstein al afirmar que el poder es irracional y demoníaco. Y tampoco Lord Acton, al anotar que el poder corrompe y, el poder absoluto corrompe absolutamente.
Estoy pensando en el forcejeo que se esta desarrollando entre el poder y la constitucionalidad en todas partes del mundo. No me referiré a Asia porque no han comprendido ni asumido nunca la significación de la Constitución y por su siempre reiterada tendencia a la autocracia y especialmente, al desprecio que hacia los derechos humanos y las libertades públicas han mostrado.
Ni hablar del orbe islámico, siendo que el totalitarismo religioso es por naturaleza reacio a la democracia constitucional y fanático a ultranza de todo genero de anacronismos que no han permitido que arriben al reconocimiento y mucho menos el respeto a los derechos humanos y ni hablar de los derechos políticos.
Focalizo a Europa, Australia, Nueva Zelandia y América que, a la postre han sido quienes hicieron el hallazgo y comulgaron con la constitucionalidad y, por cierto, antes con la república, como el único arquetipo susceptible de permitir la coexistencia de la dignidad del ser humano en la libertad responsable y el ejercicio de la función pública desde el poder que, sin embargo, solo limitado desempeña el rol que de él aspiraríamos, procurando la garantía de esos derechos humanos y ciudadanos y prioritariamente la libertad política, con la seguridad, la convivencia, el progreso individual y colectivo, la paz en la estabilidad.
No es como algunos opinan una crisis de la democracia “per se,” la que tiene en ascuas al........
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