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Luis Manuel Aguana: La destrucción creativa en Venezuela

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27.01.2025

No hay concepto más duro y drástico, pero necesario, como el de la destrucción creativa de Joseph Schumpeter, que inicialmente formulado para la economía, ha demostrado que aplica a prácticamente toda actividad del ser humano, porque lleva encerrado en sí mismo la esencia de la renovación. “De acuerdo a Schumpeter, el “viento perenne de destrucción creadora” describe el “proceso de mutación industrial que incesantemente revoluciona la estructura económica desde adentro, destruyendo incesantemente la antigua, creando incesantemente una nueva” (ver Wikipedia, Destrucción creativa, en https://es.wikipedia.org/wiki/Destrucción_creativa).

La tecnología es una prueba constante y viviente de ese concepto: las fotografías digitales destruyeron las películas de acetato donde se grababan por luz las antiguas fotografías, y se construyó a partir de allí un concepto nuevo, una nueva industria que llevó a la ruina emporios industriales como Kodak. Spotify y Apple Music destruyeron el negocio de la industria de la música, basada en discos físicos o CDs tradicionales, que habían venido evolucionando desde el disco de pasta y luego de acetato, pasando por los casetes de cinta magnética. La telefonía celular y las aplicaciones de voz digital dentro de teléfonos portables, destruyeron el jugoso negocio de la comunicación internacional de las compañías telefónicas.

Podríamos mostrar muchos más ejemplos, que llegan exactamente a lo mismo: para que una nueva idea o solución se imponga –innovación- la anterior debe destruirse. O mejor expresado, se tiene que destruir lo viejo para dar paso a lo nuevo, en un incesante ciclo de destrucción creativa para que podamos seguir adelante. Y no es un proceso que se pueda detener, aunque muchos lo han intentado y fracasado.

Ese mismo concepto se puede aplicar a la clase política derrotada el 22 de octubre de 2023 en unas primarias que decidieron quien llevaría las riendas del cambio político en Venezuela, que con el respaldo de la mayoría de venezolanos, derrote a una tiranía que se niega -por definición- a abandonar el poder democráticamente. Pero también para destruir creativamente a las fuerzas políticas “opositoras” que perdieron esa elección y que dejaron desde hace mucho tiempo de representar a los venezolanos, y que no queriendo aceptar ese cambio, se aferran a los mismos mecanismos del pasado para no salir de la escena política, sin importarles que la tiranía se imponga, a pesar de la decisión contundente de los venezolanos el 28 de julio de 2024. Prefieren que el cambio político no se produzca, sumiéndonos en más de 100 años de atraso político, y pretendiendo que los venezolanos paguemos por su supervivencia. Pero el concepto........

© La Patilla