Luis Manuel Aguana: EEUU y Venezuela, ¿destinos atados?
Hace ya casi 40 años (julio 1986) tuve el privilegio de asistir, por invitación de mi muy estimado profesor de entonces, el Dr. Guillermo Márquez, a un seminario auspiciado por el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Junta del Acuerdo de Cartagena, titulado “Los servicios y el desarrollo de Venezuela”.
El Dr. Márquez, hoy lamentablemente desaparecido, era una de las figuras más prominentes de ese tema en Latinoamérica, y figuraba como uno de los importantes ponentes del evento, junto con destacadas figuras de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo), la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) y el SELA (Sistema Económico Latinoamericano). Les acompañaban igualmente personalidades relevantes como Constantino Vaitsos, para ese entonces expresidente del Banco Central de Grecia.
¿Por qué se le dio tanta importancia a este tema? Porque los Estados Unidos habían dado un paso inusitado en el marco del GATT (Acuerdo General de Aranceles y Comercio, sustituida posteriormente por la Organización Mundial del Comercio, OMC) en diciembre de 1983 para que se incluyera a los servicios, en las negociaciones de comercio de bienes, cosa que nunca había sido estudiada en profundidad en las economías de los países en desarrollo. El seminario en cuestión era el primer paso serio del gobierno venezolano de entonces para comenzar los estudios nacionales acerca de la incidencia de los servicios en nuestra economía.
¿Y por qué los EEUU dieron ese paso importante? Porque el mundo desarrollado, comenzando por los EEUU estaba moviéndose a pasos agigantados hacia una economía basada en la producción de servicios, soportada cada vez más en la aplicación de las nuevas tecnologías de información y comunicaciones (TICs), dejándole a los países de más bajo índice de desarrollo, la producción de bienes en un futuro previsible.
Y esto no era más que el producto natural de las tendencias del momento y el aprovechamiento político y práctico de lo que dictaba la teoría: “La teoría clásica respecto a la función de los servicios en la economía ha tendido a sugerir que el crecimiento del sector de los servicios ha sido consecuencia del proceso de desarrollo. Según esta opinión, en los países industrializados el proceso de desarrollo ha supuesto tres etapas principales; a) la etapa “preindustrial”, en la que la economía es fundamentalmente extractiva; b) la atapa “industrial”, en la que las manufacturas tienen una función dominante; y c) la etapa “postindustrial” en la que la economía se convierte fundamentalmente en una economía de servicios” (3, Pág. viii). Y es en esta última etapa donde hoy se encuentran precisamente los EEUU.
“En efecto, el sector servicios, representó en 1979 el 60,4% del producto global mundial y en el caso de los países desarrollados de economía de mercado este indicador fue superior al 75%. Para los países en desarrollo, la participación de los servicios en el producto fue del 51% en ese año y en el caso de los países de América Latina dicha contribución alcanzó un 60%” (1, Pág.3). Los EEUU lograron lo que se propusieron y en la siguiente ronda de negociaciones del GATT en Punta del Este, Uruguay, este Acuerdo da paso a la creación Organización Mundial del Comercio, el 1ro de enero de 1995. Nace allí el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS).
“Antes de que las negociaciones comenzaran en 1986, servicios públicos tales como la sanidad, correos, educación, etc. no estaban incluidos en los acuerdos de comercio internacional. La mayoría de estos servicios estaban restringidos a empresas locales o administraciones públicas, con dificultades y restricciones para extenderse más allá de las........© La Patilla
