Luis Beltrán Guerra G.: Una “independencia” entre misivas
Se escucha que “la independencia de los países” no ha dejado de ser “una propensión” y tanto en el contexto económico, donde reina más bien “una interdependencia”, como en el político, con respecto al cual leemos que fue, es y sigue siendo “un deseo legado por “el iluminismo”, movimiento que librándonos del colonialismo conduciría a la “felicidad del hombre”.
Para la filosofía se “es independiente cuando no obtenemos para “ser tal”, la acción de otro” (un hombre o un Estado se denominan tales en la medida en que su vida o su conducta no dependan de la de otro hombre o Estado. “Un hecho es independiente de otro en la medida en que no esté en manos de aquel”. Y una proposición cualquiera es independiente de otra o de un sistema de proposiciones si no es deducible una de la otra (Giovanni Fornero, Diccionario de Filosofía, 2004).
La historia, como notoriamente propagado, revela que “el poder” (algunos le atribuyen, inclusive, “carácter originario), del cual todo depende, ya que es determinante, en la realidad, entre las relaciones de fuerza que tipifican a las clases sociales y al Estado. Al poder se le observa, también, en los diversos sectores de la sociedad, empezando por las relaciones cotidianas entre los propios ciudadanos. Se le percibe como un largo proceso siempre abierto y jamás concluido. A “la independencia” ha de conceptualizársele, por su parte, en el contexto humano de hoy, como “una consecuencia” de las luchas entre “políticos potentados, intelectuales, científicos y genios versus “el pobre” (necesitado, indigente, menesteroso,........
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