Julio César Arreaza B: Nuestros dos santos
Una auténtica alegría invade a la comunidad venezolana extendida a la mancomunidad espiritual de varias generaciones, incluidas las de nuestros padres y abuelos, por la canonización de los primeros dos santos venezolanos. La comunión de los santos.
Desde los albores del siglo XX, se ha ido consolidando a lo largo de los años -una línea transversal que atraviesa al país- una devoción popular auténtica en torno a un médico tocado por la gracia de Dios y entregado a la curación de los enfermos, sobre todo los más pobres, que hasta les compraba, con sus limitados recursos, las medicinas en las boticas.
En uno de esos episodios continuos de compasión lo sorprendió la muerte cuando lo atropelló un automóvil cerca de una farmacia en La Pastora. Ese mismo día se le vio con una alegría singular al enterarse del tratado de paz que le puso fin a la Primera Guerra Mundial y le hizo a un buen amigo que lo visitaba en su casa la confidencia: “Yo he ofrecido mi vida en holocausto a Dios por la paz del........
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