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Humberto García Larralde: El odio y la política del talión

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16.09.2025

La semana pasada trajo la noticia del asesinato por un disparo del joven influencer estadounidense, Charles Kirk, mientras le hablaba a una reunión de estudiantes en la Universidad del Valle de Utah. Esto, que no hubiera cogido mayor prensa en otras circunstancias –lamentablemente las muertes por tiroteo en ese país son insólitamente comunes–, adquiere notoriedad por tratarse de un líder de extrema derecha, muy cercano a Donald Trump, que había asumido, cual cruzada, la defensa de un cristianismo ultraconservador. Por los medios proyectaba ideas racistas, homófobas, contrarias al aborto, al islamismo y a la inmigración, entre otras. Radical defensor del derecho de poseer y portar armas, se le registra haber afirmado que “vale la pena pagar, por desgracia, algunas muertes por armas de fuego cada año para que podamos recurrir a la Segunda Enmienda y proteger nuestros demás derechos divinos». Si bien es condenable que se le meta un tiro a alguien por sus opiniones, por más deplorables que sean, no hay forma de escapar de la conclusión de que éstas, precisamente, alimentaban la cultura de violencia e intolerancia que acabó con su vida. Ironías del destino.

En junio habían sido asesinados por razones políticas una diputada demócrata de Minnesota, Melissa Hortman, junto a su esposo, y herido, también, un senador de ese estado. Se unen a una lista que, en los años sesenta, incluyó el asesinato de Martin Luther King Jr., de los hermanos John y Bobby Kennedy y de Malcolm X, para mencionar solo algunos. Mas reciente ocurrió el atentado contra Trump en su campaña electoral y la agresión a la congresista, Nancy Pelosi, y a su esposo. En abril de este año había sufrido un ataque incendiario la casa del gobernador (demócrata) de Pennsylvania.

No puede ignorarse que el caldo de cultivo a la violencia se relaciona con la polarización e intolerancia ante ideas contrarias a las suyas, que ha venido alimentando la figura política más poderosa de esa nación, Donald Trump. Cuando se le inquirió qué debía hacerse para unir al país y restañar las heridas de la muerte de Kirk, prefirió echarle más leña al fuego, prometiendo desatar toda la fuerza del Estado contra la “violencia política de extrema........

© La Patilla