Puentes en tiempos de trincheras, por Freddy Marcano
En la Venezuela de hoy, la política ha dejado de ser un espacio para la construcción de acuerdos y se ha transformado en un campo de trincheras permanentes. La polarización dejó de ser el resultado de un conflicto circunstancial para convertirse en una estrategia deliberada que atraviesa instituciones, medios de comunicación y redes sociales. Esta lógica no solo condiciona las decisiones de los actores políticos, sino que también moldea la percepción ciudadana, alimentando un clima donde el otro es visto como enemigo irreconciliable. La consecuencia más grave no es solo la imposibilidad de acuerdos, sino la erosión progresiva de la cultura democrática, que requiere del disenso como combustible y no como amenaza.
Esta dinámica, lejos de ser un fenómeno aislado, se conecta con tendencias que ya han sido descritas por pensadores latinoamericanos y europeos. El politólogo venezolano Moisés Naím, en La Revancha De Los Poderosos, advierte sobre una nueva generación de líderes que usan las reglas democráticas para vaciar de contenido la democracia misma. En su análisis, la polarización no es un efecto colateral, sino una herramienta de poder: al dividir la sociedad en bandos irreconciliables, los liderazgos........
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