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Destrozar un país y llamarlo revolución, por @ArmandoMartini

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24.03.2025
Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

En donde la lógica se suicidó, la dignidad se vende al mejor postor, la realidad es una parodia y la sensatez es perseguida con saña, escribir pendejadas no es un pasatiempo ni un capricho, es un deber patriótico, una necesidad de salud mental, un mecanismo de supervivencia. ¿Cómo evitarlo? tal vez sea el aire contaminado de la revolución, los enrarecidos discursos o el agua convertida en mito urbano, que dejó de ser un derecho para convertirse en recuerdo. La electricidad juega a las escondidas, aparece y desaparece como el respeto por la Constitución y la moral dominante.

Sin embargo, plasmar en palabras la tragicomedia y el absurdo cotidiano, es importante. ¿Y qué mejor escenario que Venezuela? Bonita, elegante y educada, alguna vez sinónimo de prosperidad, buen gusto y sabrosura de vivir; hasta que llegaron ineptos y la convirtieron en cuchufleta, ejemplo de cómo destrozar una nación sin entablar una guerra. La joya de la corona del castrismo siglo XXI, es un aviso de lo que no se debe hacer. Los manuales de historia la usarán como un alerta.

El socialismo es un hito de la estupidez humana. La “revolución bonita”........

© La Patilla