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Confesión del Pollo: crimen hecho política de Estado, por Antonio de la Cruz

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02.07.2025

La historia de Hugo “el Pollo” Carvajal no es solo la de un general del Cártel de los Soles, sino la de un Estado, bajo Chávez y Maduro, transformado en maquinaria criminal.

La historia de Hugo Armando Carvajal Barrios —“el Pollo”, como lo llamaban con familiaridad sus camaradas y con recelo sus enemigos— bien podría parecer una de esas novelas de dictadores latinoamericanos que tanto abundan en nuestra literatura, pero con un giro más perverso: no es solo la historia de un hombre corrompido por el poder, sino de un Estado entero convertido en instrumento del crimen. Su declaración de culpable ante una corte federal de Nueva York, la semana pasada, no es simplemente la admisión de una responsabilidad personal. Es la constatación judicial de un sistema criminal institucionalizado que durante más de dos décadas ha operado desde Miraflores.

El Pollo Carvajal no fue cualquier militar. Fue el jefe de inteligencia militar de Hugo Chávez, arquitecto del aparato de represión, custodio de los secretos de la revolución y el cerebro tras el desmantelamiento de la DEA en Venezuela en 2005. Un movimiento que despejó el camino para el auge del narcotráfico como fuente paralela de financiamiento estatal. Estuvo en el corazón del chavismo durante más de diez años, lo que le permitió no solo conocer los mecanismos del poder, sino construir redes de influencia, soborno y control que hoy tiemblan ante lo que pueda revelar.

Una maquinaria con rostro de Estado

Su revelación no dejará lugar a dudas: Carvajal ha sido pieza clave en una alianza triangular que unía a Caracas con las FARC colombianas y con actores del eje chiita como Irán y Hezbolá. Bajo su coordinación, el Estado venezolano fue transformado en una infraestructura logística del crimen transnacional. La cocaína atravesaba los llanos camuflada en distintos medios como el ganado, mientras submarinos artesanales cruzaban el Atlántico........

© La Patilla