Antonio de la Cruz: Venezuela y el poder público de la fe
“Si tienen fe del tamaño de un grano de mostaza… nada os será imposible”.
Mateo 17:20
La canonización de José Gregorio Hernández y la madre Carmen Rendiles no es solamente un acto religioso. Es una invitación a sanar el alma de un país herido. Frente a una nación rota por la violencia, el exilio y el desencanto, la fe vuelve a presentarse no como refugio escapista, sino como fuerza pública capaz de reconstruir la confianza que la política ha traicionado.
En tiempos de fractura y agotamiento institucional, muchos ven en la Iglesia un espacio de consuelo privado; otros la consideran distante del conflicto real. Pero hay momentos en los que la fe deja de pertenecer a los templos y se convierte en palabra para la historia. La canonización del llamado médico de los pobres y la fundadora de la congregación Las Siervas de Jesús es uno de esos momentos. No se celebra únicamente la santidad de dos personas, sino la posibilidad de que un pueblo recupere la certeza de que aún es capaz de producir luz.
Cuando la fe reúne lo que la política dispersó
Más de 8 millones de venezolanos viven fuera de su tierra. Las estadísticas la definen como crisis humanitaria.........
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