Antonio de la Cruz: Israel, Irán y la brutalidad de lo real
Hay momentos en que la historia se sacude el ropaje diplomático, deja de hablar en lenguaje de fórmulas jurídicas y actúa. Entonces la política se vuelve lo que siempre ha sido en su estado más crudo: un conflicto entre civilización y barbarie.
Eso ocurrió el pasado viernes, cuando Israel bombardeó con precisión quirúrgica instalaciones nucleares y militares en Irán. Pero lo que cayó bajo esas bombas no fue solo concreto armado o uranio enriquecido, se vino abajo una mentira. Una que buena parte de Occidente ha preferido creer durante décadas: la mentira de que el régimen iraní era racional, reformable, contenible.
Durante años, líderes europeos y funcionarios en Washington se han aferrado a ese espejismo, negociando como quien doma un tigre hambriento con promesas de leche. Se hablaba de «acuerdo nuclear», de «ventanas diplomáticas», de «equilibrios delicados», mientras en Teherán la “policía de la moral” arresta y golpea a mujeres por llevar mal puesto el hiyab, se ejecutan opositores y se exportan drones que hoy asesinan a civiles en Ucrania. Y todo ello, envuelto en la hipocresía de una teocracia que ha aprendido a victimizarse para esquivar la........
© La Patilla
