Antonio de la Cruz: Citgo o la tragedia de un país sin Estado
En los tribunales de la justicia estadounidense, se libra una tragedia que recuerda a las que estremecieron la Atenas de Pericles. No hay héroes claros, solo sobrevivientes de una república en ruinas, de una nación saqueada por sus propios hijos. En esta historia, la víctima no es un individuo, sino un país. Y el objeto del deseo —como en las mejores novelas de Balzac— no es una mujer ni un oro escondido, sino una empresa: Citgo Petroleum Corporation.
Citgo, la joya de la corona de los activos venezolanos en el extranjero, está siendo subastada por orden del juez Leonard Stark en el estado de Delaware. La refinería, que puede procesar más de 800.000 barriles de crudo al día, representa no solo un activo estratégico, sino la última frontera económica de una Venezuela que ya ha perdido buena parte de sus bienes en Europa, Asia y América Latina.
Pero lo que se debate en ese tribunal no es solo la propiedad de una empresa. Es el alma jurídica de una nación colapsada, la idea misma de que una compañía puede —y debe— sobrevivir a su Estado fallido, como si fuera un hijo abandonado que, a pesar del maltrato, logra conservar su apellido.
Un remate sin gloria
El proceso judicial se originó hace ocho años, cuando la minera canadiense Crystallex logró que........
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