Habrá paz, por Abraham Sequeda
La reciente elevación de figuras venerables simboliza el despertar de una esperanza en la población, que exige justicia y el fin de un ciclo ominoso. Estos acontecimientos han marcado un hito en el campo espiritual del país.
Esta esperanza no se traduce en la población como una resignación pasiva ante repetidos fracasos, traiciones y engaños, sino como la firme convicción de que un nuevo ciclo de justicia y prosperidad está por comenzar.
Es innegable que la víspera de los días de paz y seguridad será ardua. Exigirá una fortaleza que supere el........
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