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Infiltración no; complicidad

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monday

Mientras Colombia se distrae con el ruido político y las cortinas de humo que lanza el Gobierno, hay hechos gravísimos que pasan casi invisibles. Esta semana ocurrió un ejemplo perfecto: mientras el país asimilaba —con razón— las revelaciones sobre alias Calarcá, un dato devastador quedó enterrado entre el ruido. Según reveló El Colombiano con cifras oficiales, el secuestro extorsivo aumentó un 118% en lo corrido del año. Son más de 520 familias viviendo terror y angustia.

Esa cifra no es cualquier cosa. Es el regreso a un pasado que creíamos superado. Muchos crecimos marcados por el secuestro; sabemos lo que es vivir con miedo y tener a un familiar en manos de estos grupos inhumanos. 

Y si alguien se pregunta por qué está aumentando así, la respuesta está en lo que Noticias Caracol reveló. El país ya conoce lo esencial: en las comunicaciones incautadas a Calarcá aparecieron personas en cargos estratégicos del Gobierno. Ese hecho pone en otra dimensión el debate sobre seguridad nacional.

La pieza clave que conecta todo es la historia de Wilmer Mejía, un antiguo líder estudiantil de la Universidad de Antioquia con formación en Educación Física. El........

© La Opinión