Izquierdas: Cojan el rábano por el rábano
Ilustración
El Sultán iba a juzgar a tres extranjeros a los que habían cogido robando pirámides. El juicio se estaba celebrando con la parafernalia habitual: La corte arropando el acto y el Sultán, sentado en su trono, rodeado de su colección de perros de distintas razas, ya que era gran aficionado a ellos.
Como los hechos eran contundentes el Sultán sentenció el asunto: "Que les corten la cabeza inmediatamente. ¿Algo que alegar?".
Entonces el más joven de los condenados pide la palabra y pregunta al Sultán: "¿Ese perro, habla?" (al tiempo que señalaba a determinado chucho). Tal pregunta fue considerada por el sultán como una provocación y airado exclamó: "Si se está burlando de mí su muerte puede ser más cruel todavía. Todos sabemos que ningún perro habla".
"Majestad, majestad. En mi país los perros de esa raza, con un buen adoctrinamiento, pueden hablar".
Al oír esto, el Sultán, pensándolo mejor, repara en que si fuera verdad y él consiguiera un perro que hablara su Dinastía siempre........
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