Medidas incompatibles contra los principios del Plan de Movilidad
El calendario avanza inexorablemente y los plazos que Europa concedió al Ayuntamiento de Murcia para implementar las obras del Plan de Movilidad Sostenible van llegando a su fin. Las promesas de Ballesta de doce proyectos en sus primeros cien días, anunciadas en el Barrio del Carmen en vísperas del 28M, poco se han hecho notar.
El cambio de Gobierno municipal ha ocasionado un parón en tales obras por la discrepancia y enfrentamiento entre PP y PSOE, que llevó a José Ballesta a la promesa explícita de paralizar las mismas tan pronto volviera a La Glorieta, con la única constatación de cambio fehaciente hasta la fecha de la reincorporación del coche privado por el Puente Viejo y Plaza de Camachos, innecesaria, porque ya tenían entrada al Barrio del Carmen por el Puente Miguel Caballero, pero al parecer, forzosa para aparentar cumplir una promesa baldía que de haberla consumado hubiera llevado consigo la devolución de los fondos europeos con que se financió.
El Plan de Movilidad en la práctica no se puede paralizar ni modificar sustancialmente durante al menos cinco años.
Tras medio año de inacción, el concejal del área ha lanzado un plan de retoques puntuales, tratando de ajustar una puesta en funcionamiento sin duda conflictiva y muy mejorable, y que de antemano podría contar con una actitud de apoyo social amplio, siempre que no afecte a la base de un Plan de Movilidad cuyo fin último es la descarbonización y descontaminación de las ciudades de más de 50.000 habitantes, con la implantación de unas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) y la promoción de una ciudad pensada más en función del peatón que del coche privado.
La base de este cambio es una red de transporte público eficaz y suficiente y una red de aparcamientos disuasorios que permita dejar el vehículo privado en el extrarradio de la ciudad. En nuestro caso, este ha sido, sin lugar a........
© La Opinión de Murcia
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