La gravedad de una sinrazón
La gravedad es una realidad apodíctica, aunque no todas las gravedades lo son. Véase, si no, la grave disparidad entre la gravedad que conlleva el décimo cuarto gin-tonic inmediatamente antes de arrancar el vehículo y la de la velocidad de caída del árbol de aquella manzana que alumbro todas las luces de don Isaac. El manzanazo que recibió Newton, aunque en realidad parece que no ocurrió tal cual él mismo lo contó, abrió las puertas a la explicación científica del porqué «caerse hacia arriba» es una aporía y «caerse hacia abajo» un pleonasmo.
La gravedad, lo grave, tanto define un cuadro clínico, como expresa el tono de un instrumento. Lo grave alude tanto a la importancia de un hecho como al mal pronóstico de un sufrimiento. La gravedad es tan próvida como deletérea, y viceversa. En síntesis, el saldo final de todas las etapas de la vida se corresponde con la suma de las gravedades que definen la experiencia de cada cual, especialmente la de los políticos que se alimentan de serlo. Y el saldo final de un proyecto, también.
A veces, oír empobrece menos que escuchar, por eso de........
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