Ahora
La vida acaece en pleno ahora, que más allá de ser un adverbio tiempo es el escenario mínimo en el que la realidad vive. El pasado es un ahora caducado; el futuro un ahora al que le falta un hervor. Lloramos, reímos, nos arrepentimos y soñamos en pleno ahora, que es la infinitesimal metáfora de un tris, o sea, el cachito más pequeño de un instante. Por mi bien, espero que Cachito no se sienta aludida.
Ahora tan es tiempo para una promesa como tiempo para la realidad de no haberla cumplido. Ahora tanto fue cuando el empoderado Pablo Iglesias, emulando Marx, se las prometía felices tomando el cielo al asalto, como más recientemente lo fue para salvaguardar los peculios de los últimos resistentes de la trinchera de Podemos, que hicieron mudanza al amasijo político del Grupo Mixto sin más objeto que el de sobrevivir al ahora de su fracasado asalto al cielo. Por cierto, ¿cómo sería en estos tiempos convulsos el ahora de don Karl?
Ahora, para bien, siempre para bien, es el mejor testigo de un instante, porque el ahora es la más certera y menos discutible........
© La Opinión de Málaga
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