Ironías, enteraos y un seminarista de Valladolid
Málaga, a oscuras por el apagón eléctico / Francis Silva
Lunes. La vida normal... hasta las doce y pico. De repente, a media mañana, en una estancia luminosa de amplias cristaleras, finalizando una reunión, alguien dice: hay un apagón. Comprueba uno el interruptor. Lo hay. España se va a negro. A partir de ahí, toda una jornada peculiar. Historias del apagón se llamará un guión del futuro o una película o un libro.
Compré una radio, di un paseo, leí, traté de trabajar, me desconecté. Pensé. Lo bueno de no tener tecnología es que no accedes a teorías de la conspiración. Creí que iba a pasar la noche en vela, pero tras una cena con velas y sin posibilidad de comunicar con nadie, el sueño me venció como la mar vence a un grumete mediocre. A las tres de la madrugada, sobresalto. Antes, las tres de la mañana me podían pillar en un bar o en un antro. Ahora la máxima emoción es que en vez de en la cama esté en el sofá. Luces. La luz. Iba a decir que la civilización ha vuelto, pero leer en papel con un vaso de vino viendo como viene la noche para cuando venga irse a dormir no es mal hábito, ni mucho........
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